martes, 26 de julio de 2011

La chica de los cabellos dorados

Entramos, yo delante y Luigi detrás. Otros monstruitos nos atacaron, pero hicmos lo mismo que la primera vez:Saltar. Llegamos a un largo pasillo desierto y vacío y con una habitació al fondo.
-¿Crees que será esa, Mario? ¿Estará ahí el monstro grandote?
-Solo hay una forma de averiguarlo...
-No quiero entrar
-¿?
-¿Te has fijado en las dimensiones que tiene ese bicharraco?¡No podremos ni tocarle!
-Vamos, solo saltar, y el resto es pan comido
Corrimos hacia allí.Abrimos la puerta. Una enorme sala llena de estatuas, y al fondo una puerta.
-No hay nadie, vamonos
-No, busquemos a la chica.
De repente, el mounstro salió de la nada.
-¿Quién osa entrar en mi castillo?
-¿Donde esta la chica?
-¡Nadie habla al rey Koopa!
-No me extraña....-murmuró Luigi
-¿¡Qué estas insinuando!?
Él lanzó una llamard y, nosotros lo esquivamos. Luigi fué a saltarle encima:
-Noo!!! Luigi!! Tiene pinchos, sufrirás tú!

-Agh!-Luigi se habia caido al suelo, herido. Yo me distraje un poco, y el Rey Koopa me estrelló de un manotazo contra la pared. Estaba arrinconado
Entonces, un ladrillo que se calló(supongo) de estrellarme le dió en la cabeza, cllendo así rendido. Corrí hacia a Luigi. Mi hermano parecia vivo, aún respiraba, pero tenía una herida en el pecho que sangraba.  Busqué algo para cortarle la hemorragia, pero fué en vano. Decidí buscar en la habitació del fondo. Abrí la puerta, y...Vi a una chica. Una larga melena dorada como el sol se dejaba caer suavemente sobre su espalda, y un traje rosa adornaba su cuerpo. Ella parecía no querer girarse, así que le dije con mucho respeto, e intentando no mostrar el terror que sentía de pensar en mi hermano:
-Señorita, hemos venido a sacarle de aquí.
Ella se giró, con aire sorprendido. Y con la voz más dulce jamas escuchada por mis oidos, dijo
-Mi heroe...Gracias por salvarme.
Me dedicó un cálida sonrisa. Unos ojos azules como el mar me cautivaron.La bella señorita parecía de la realeza, ya que una corona quedaba perfectamente en su cabeza y tenia unaso pendientes de zafiros. Se acercó gracilmente hacia mi, Y caminó a mi lado un istante mientras ambos saliamos de la habitación, y , rojo como mi gorra, desperté del instante en el que había olvidado a mi hermano.Me sentia el sermenos importante del universo.Ella dejó de sonreir cuando vió a Luigi.
-Oh, Dios mío, está herido!

-Si, es mi hermano, no se que hacer, no tengo nada para taparle la herida pero el también te ha salvado.
Ella se ecarcó a Luigi, y con cara de circunstancias, examinó la herida. Luego, se arrancó una larga tira de suave seda de su vestido, y cubrío la heriada de Luigi con delicadeza. Observó un moemnto como la tela pasaba de rosa a rojo, y pareció asustarse. Yo cogí a mi hermano a cuaestas, estilo caballitao, y los tres salimos de allí.

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