viernes, 24 de junio de 2011

Fuera de casa

Decidimos andar como si nada, y entramos en un callejón.

-¿Donde rábanos estamos?

-Ni idea, ni idea.
Uno de esos extraños personajes se nos acercó. El sonreía con una sonrisa pícara, y nos preguntó con una vocecita de pito:
-Disculpen, parecen perdidos. ¿puedo ayudarles?
-Nos haría un gran favor.
-¿Puede decirnos donde estamos?

-En la capital del reino champiñón
-¿Champiñón?
-Si, gobernado por la Princesa Toadstool, y sus habitantes somos nosotros, los Toads.

-¿Le suena de algo...Nueva York? japón? Argentina? España?

-Disculpe?¿Que es eso?
-oh, no!

-No importa, gracias
-Todo un placer caballeros

-Bueno, y ahora que hacemos?
-De momento, haber, vamos a buscar un sitio para dormir
Caminábamos por un caminillo, lejos de la ciudad. De repente, escuchamos fuertes pisotones. Ambos nos giramos, y vimos a un monstruo, nada parecido a los...¿Taods?oh, si Toads. Llevaba a una chica sobre su hombro, y la chica parecía que intentaba huir. El monstruoso bicharraco saltó de golpe, y se subió a un barco volador.

-Vale, oficialmente estoy alucinado. Necesito una aspirina
-no, esto no es mentira, tiene que ser verdad, yo tambien lo he visto.
Los dos comenzamos a correr tras el barco, pero era demasiado rápido. Vimos como uno de los que había en el barco bajaba hacia una especie de fortaleza. Hacia alli fuimos. Hibamos caminando cuando de repente, vimos una seta andante, pero distinta a los Toads. le hibamos ha saludar cortesmente, pero se nos abalanzó de forma...rarita seguidos por un montón de tortugas y otros extraños seres.Luigi y yo hicimos lo que mejor hacíamos:saltar. Las setas se aplastaban y se combertía en monedas de oro(que por supuesto, nos quedamos) y las tortugas se convertian en un caparazón que rompia los demás, y sequedaba eternamente girando. Por fín, llegamos a la fortañleza, pero tuvimos que pasar por otras...¿8? para llegar a un enorme y siniestro castillo.

P.D:Lo de que llegaron al reino champiñon por una tuberia, lo saqué de super mario show

Bye Puline

-¡Se acabó, Pauline, esta es la gota que colma el vaso!-dije, tan rojo como mi gorra. Mi hermano había salido corriendo y llorando.
-¿Y yo que he hecho?

-De todo, me tienes harto.

-Yo solo le dije que era un corrientucho feo y asustadizo, y que nunca encontraría novia...

-¡No tienes derecho!

-¿Y eso te parecía malo?Solo he dicho la pura verdad. Luigi es así.

-Pues yo te diré la verdad: No te quiero, y nunca lo he hecho. Solo soy tu novio por que tu padre es mi jefe. Nada mas.

-Pues eso, si quieres tener trabajo...tendrás que seguir saliendo conmigo...

-No será necesario. Dimito. Estoy harto. Tu no eres la única que tiene sentimientos.- ella se puso seria.

-Bueno, pues atento a las consecuencias.-Dijo ella, haciéndose la interesante. Se me acercó, he intento darme un abrazo, pero yo comencé a correr . Ella se tropezó, y se calló, y yo, casi me olvido de todo y voy a ayudarle. Uno de mis grandes defectos. Llegé a casa, y me fuí al cuarto de mi pobre hermano.

-Luigi...¿Estas bien?

-Si...no dejaré que esa estúpida víbora me arruine la vida.

-Tranquilo, encontraras a la pareja que buscas, algún día, y yo haré igual.

-Le has dejado?

-He dimitido. Paso del tema. Tengo ganas de darme un ducha...

-La tubería está atascada.

-¿Por que no lo has dicho antes?¡Vamos juntos a arreglarla!

Los dos fuimos. Cogimos el desatador. Yo empecé ha desatascarlo, pero el desatascador se quedó pillado. Entre los dos empezamos a tirar, y no se como, de repente, no estábamos en mi bañera.

Estábamos en medio de una enorme calle, llena de gente extraña.